Joy Spencer, arqueólogo y buen amigo del coronel Green, llega a Londres tras hacer un gran descubrimiento en Egipto. Acaba de descubrir la momia de Jasantimon, ni más ni menos que el hermano de Tutankamon. Jasantimon no estaba momificada entre grandes tesoros, sino entre objetos de madera sin ningún valor. Según Joy Spencer, Jasantimon tenía que ser el faraón, pero fue asesinado por Tutankamon.El Museo Británico tiene previsto exponer las dos momias juntas en unos días pero algo ocurre por las noches. Los guardias del museo han visto a una figura aterradora caminar lentamente por los pasillos. La momia de Jasantimon está viva y quiere vengarse de su hermano Tutankamon...El coronel Green y su equipo quieren investigar lo que realmente ocurre. Cuando descubren que la momia de Jasantimon saca coca-colas y galletas de chocolate de una máquina del museo empiezan a sospechar que allí hay gato encerrado ¡y nunca mejor dicho!

El equipo de fútbol 7 Soto Alto no es sólo el equipo de fútbol del colegio. Es mucho más. Nosotros hemos hecho un pacto: nada ni nadie nos separará nunca. Siempre jugaremos juntos. Pase lo que pase. Así que cuando pasó lo que pasó no tuvimos más remedio que actuar. Preparamos nuestro material de investigadores... y nos lanzamos a la aventura. Por algo somos los Futbolísimos.

Los Grumos, esos simpáticos e inteligentes seres que habitan en el bosque, son los protagonistas de esta sugerente historia. Dicen que son parecidos a las ranas pero que caminan erguidos.

Tío Colin y tía Marta son dos fotógrafos profesionales que viven en el Arroyo del Lobo. Siempre se han portado muy bien con su sobrino Alex. Sólo le piden dos cosas: que no vaya al bosque por la noche y que no se acerque a la misteriosa casa vecina. ¡Pobre Alex! Sólo quería hacer algunas fotografías. Pero ahora está a punto de descubrir el terrorífico secreto del Arroyo del Lobo. En una noche de luna llena...

Los Futbolísimos se enfrentan al misterio más grande que han conocido hasta la fecha: ¿Es posible ganar un partido de fútbol sin meter ni un solo gol? ¿Y dos? ¿Y un torneo? En ocasiones, meterse un gol en propia puerta esconde mucho más de lo que parece a primera vista.