Garrapata y su amigo Carafoca se embarcan en una divertida aventura por mar a pesar de no saber manejar un barco, tendrán que llevar a la bella Floripondia hasta Jamaica y por el camino deberán hacer frente a incendios, fantasmas y otras divertidas situaciones.
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Hacía años que Pistolete se había llevado a la infeliz Floripondia en el Salmonete I. Pero un día llegó una paloma con un mensaje en su pico. ¡Floripondía estaba viva! Aunque no por mucho tiempo... Los guerreros de la tribu de los tragaldabas pretendían comérsela. Sin pensar ni un segundo, el pirata Garrapata se hizo a la mar, rumbo a África. En el continente africano Garrapata y su tripulación tuvieron que enfrentarse con un sinfín de problemas: tribus enemigas, hechiceros comediantes, negreros insaciables... Hasta que, por fin, lograron salvar a la dama.
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¡No hay un segundo de descanso para el pirata Garrapata y su tripulación! Apenas han terminado su última aventura en los paíse subterráneos, cuando ya han recibido una llamada de auxilio de un Rey Maya cuya vida está en peligro. ¡No hay tiempo que perder! ¡Desplegad las velas, levad el ancla, soltad los cabos!
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Garrapata y Carafoca andan perdidos por el túnel del tiempo y cuando por fin logran salir, se encuentran nada más y nada menos que en la China, en el 246 antes de Cristo, año en el que gobernaba el terrible emperador Shi Hoang Ti...
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A oídos de Koskorrón, el emperador de Japón, ha llegado el eco de la fama del valiente Garrapata. Prisionero por el traidor Chundarata, el emperador no duda en pedir ayuda a su héroe. Garrapata y los suyos se ponen en marcha de la China al Japón.
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Persiguiendo al malvado Comadreja, que ha secuestrado a la preciosa Floripondia, el barco del pirata Garrapata es engullido por un remolino y va a parar nada más y nada menos que ¡a la India del siglo XIV!
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En su constante peregrinar por el mundo, Garrapata y su fiel compañero, Carafoca, han caído prisioneros en una terrible cárcel china. Pero ambos piratas, no se arredran ante nada. Consiguen escapar y llegar a la corte del Emperador Shi Hoang Ti.
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Huyendo de los tragaldabas y otras tribus del África, el pirata Garrapata y su tripulación llegan hasta el río Nilo y allí descubren que los grandes sacerdotes del faraón, convencidos de que la hermosa Floripondia es la reencarnación de la diosa Isis, la han secuestrado. Garrapata tiene que pasar por mil avatares antes de conseguir rescatar a la dama.
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Da la casualidad de que Garrapata está subido sobre el hombro de la estatua del dios Amón Ra cuando le toca el famoso rayo de sol. El pirata será el próximo faraón de Egipto. De la impresión, Garrapata se cae al suelo y, cuando vuelve en sí, su mente ha retrocedido hasta la época de Tutankamón... Menos mal que se encuentra con su compañero Carafoca en plena construcción de una pirámide. Ambos huyen y van a parar a la corte de Akhenatón, padre de Tutankamón que, increíblemente, tiene un gran parecido físico con Garrapata. Los sumos sacerdotes envenenan al faraón. Garrapata, para que no se salgan con la suya, se hace pasar por el faraón. Así, encuentra a Floripondia y huyen los tres antes de que los descubran los sacerdotes.
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Todo el mundo se dirige hacia el templo de Abu Simbel, porque ya lo dice el Sagrado Ladrillo: el 22 de agosto a las 5.58 un rayo de sol se posará sobre el hombro de la estatua de Amón Ra. Y el que se suba a la estatua y sea tocado por el rayo será faraón. Es 21 de agosto y hay mucha gente alrededor de la estatua. Por estar... ¡están hasta el pirata Garrapata, toda su tripulación y la hermosa Floripondia, reencarnación de la diosa Isis!
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