Allá por el mil quinientos sesenta y pico, Bartolo vive en un pequeño pueblo toledano. Su mayor ilusión es ir a la capital y convertirse en un poeta famoso, pero existe un iconveniente: es un pésimo autor. Cierto día decide encaminarse a la ciudad trabajando por el camino con un viejo buhonero. Una vez en ella, descubre una realidad muy distinta de la que había soñado.

Rebecca, Martín y Leo viajan a Escocia con sus compañeros del colegio y dos de sus profesores. La excursión tiene muy buen pinta, lo que no saben es qué les espera allí cuando lleguen al lago Ness. Bat Pat, la mascota murciélago de los hermanos, les acompaña y será de gran ayuda, como siempre, cuando se encuentren en apuros. Eso sí, en esta ocasión, la intuición de Rebecca, la diplomacia de Martín y la simpatía de Leo vendrán muy bien. ¿Es cierto que existe un monstruo en el lago Ness?

¡Por fin llega el verano! Y en Fogville hace tanto calor que hasta las piedras se derriten como la mantequilla? Pero los hermanos Silver tienen el plan perfecto para estar fresquitos: ¡un crucero por Islandia para ver las ballenas! A Bat Pat no le hace ninguna gracia: ¿pasear en un simple barquito por un mar lleno de icebergs y cetáceos gigantes? ¡Socorro! ¡Acabará con cara de bacalao!

¡Hogar, dulce hogar! Era una gris y perezosa mañana de domingo, y en casa Silver todos dormíamos como murciélagos. Bueno, todos menos Rebecca, que se había despertado a las siete y había salido a pasear (¿ esta chica no descansa nunca, o qué?).

¡¡¡Hola!!! Soy Bat Pat. Os voy a contar una historia que os pondrá los pelos de punta... ¿Estáis preparados? ¡Por todos los mosquitos! La familia Silver y yo estábamos disfrutando de un tranquilísimo día de picnic en Castle Park cuando el lago del parque empezó a hervir como una olla al fuego. Unos minutos más tarde, un tufo insoportable a huevos podridos lo invadió todo y a Martin se le empañaron las gafas... No había duda: ¡habíamos vuelto a meternos en líos!