Los alumnos del colegio de Katie están hartos de tantas normas, así que, cuando salta la noticia de que se acabaron todas esas reglas, se organiza una fiesta monumental. Lo malo es que esa fiesta acaba convertida... ¡en un tremendo caos!

Cuando llega la noche y los papás apagan la luz de la habitación, el chiquitín, en las sombras, de pronto ve un monstruo en su cama. ¡Papá! Grita fuerte para que le rescaten.

Margalo y Mikey coinciden el primer día de escuela y enseguida simpatizan. Ambas tienen muchas cosas en común: las dos acaban de llegar a esa escuela, incluso las iniciales de sus nombres coinciden. Ambas alcanzan rápidamente el grado de "chicas malas" de la clase. En este libro, se narran sus diversas travesuras y aventuras que viven juntas. Sus compañeros las admiran y las temen al mismo tiempo, y su profesora, la señora Chemsky, tiene problemas para lidiar con ellas. Su fortaleza y su complicidad les permite salir indemnes de todas sus trastadas y las lleva a crecerse día a día. Nace, así, una amistad realmente sólida.

En Poqui-poqui todo era diminuto.

Alberto siempre se apunta las historias que le cuenta su abuelo en una libreta que le trajeron los Reyes. Porque, ¡caray!, su abuelo sabe mil historias de todo tipo. Algunas hablan de nubes, otras de piratas, otras de duendes y otras de ogros. Pero las que aquí nos cuenta el abuelo de Alberto hablan de...