Al tío Jonás le gusta mucho la pesca. Todas las mañanas va con su red a la orilla del mar y se sienta a pescar. Tobías es un pez rojo y negro, que piensa que Jonás quiere jugar con él al juego de la red. Sin embargo, lo que Jonás quiere es pescarlo, pero nunca puede. Lo intenta de todas las maneras posibles, pero es imposible. Un día, al marcharse, el pez se despide de él y le llama amigo. A partir de aquel día, Jonás sigue yendo al muelle y dice que va a pescar. Pero ni siquiera lleva red, va a ver a su amigo.

El Ladrón de gallinas resultó ser un zorro enamorado y el gallo, desconsolado debe abandonar la isla. Pero el regreso a casa de los tres amigos no estará exento de peligros, ni de sorpresas...

La señora araña se pone guapa por la mañana, hace sus tareas y por la tarde teje su telaraña.

La señorita Amelia era tan pequeñita que sólo los niños la veían. Una tarde de otoño, mientras recogía hojas secas para hacerse una alfombra conoció a tres hermanos y se hicieron muy amigos... tanto que volvieron a encontrarse muchos años después.

El día que Nadia recordó a Lucas, un niño desastrado y de mirada fiera, sintió que algo tiraba de ella hacia dentro. Cerró los ojos y, de nuevo, le golpeó el viento de los membrillos, y el zumbido de las moscas y la tromba de voz del tío Nicolae. El día que Nadia recordó a Lucas sintió que alguien movía los hilos de su corazón.