¡Qué emocionante! El profesor nos ha invitado a pasar un domingo en la montaña. Sin embargo, cuando una tormenta tremenda nos sorprende en el bosque, Nacho y yo corremos a refugiarnos en una cabaña que parece abandonada...pero, ¿lo está de verdad? ¿Y qué misterio esconde?
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Mey cree que no todas las personas tienen necesidad de besos y caricias pero el Hada Menta la convence: son tan importantes como comer y dormir. Mey demostrará a Quica, una niña que siempre hace daño, molesta a los demás y que dice que le dan asco los besos y las caricias, que ella no es ninguna excepción y que el contacto físico es fundamental para todas las personas.
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