La intrépida y optimista Anna se lanza a un épico viaje. Junto con el forzudo Kristoff y su leal reno, Sven, sale en busca de su hermana Elsa, cuyos poderes de hielo han atrapado al reino de Arendelle en un eterno invierno. Anna y Kristoff tendrán que enfrentarse a las duras condiciones de la montaña, míticos trolls y un divertidísimo muñeco de nieve, llamado Olaf, para salvar al reino.

Garbancito es tan, tan pequeño que ayudar en cualquier tarea se vuelve toda una aventura. Sin embargo, su pequeño tamaño no le arredra y se ofrece para ayudar a su padre y a su madre en sus tareas porque, como el mismo protagonista explica: el tamaño no importa si se tiene inteligencia.

Como todos los años, Jano llega a Piedrasnegras a pasar el verano. Allí se encuentra con que muchas cosas han cambiado. Aurora, la farera, que les daba de merendar y les contaba leyendas, ha sido sustituida por un ordenador, y su amiga Tea está distante y extraña. Juntos buscarán el medio de hacer volver a Aurora. Pero Jano siente que ya nada será como antes, ni siquiera él mismo.

Carlota, que acaba de romper una cristalera, está subida en un árbol recordando cómo empezaron sus problemas el día en que sus padres decidieron separarse y rehacer sus vidas con otras personas. Desde entonces, tiene muchos nuevos hermanos, con los que va a pasar el verano.

«Sueño con un dragón verde de lengua negra que quiere tragarme. Las casas también son verdes, como la hierba de nuestro jardín con columpio, donde antes papá y yo jugábamos al balón. Lo echo mucho de menos. Mamá me dice que pronto nos reuniremos».