Ficha Libro


Caramelos de menta

Pepito y su pandilla tendrán problemas si no le pagan a Don Joaquín, el dueño de la huevería, los destrozos que le ocasionaron en su toldo. La pandilla de Toño no les va a ayudar demasiado. Pero ahí están ellos y su perro Dragón dispuestos a buscar alguna solución. Pero no imaginaban la sorpresa que se iban a llevar.

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Cartas al ratón Pérez

Ratón Pérez se ha dedicado toda su vida a hacer un regalo a cambio de un diente, pero desde que recibió la primera carta de Manchas Negras, un gato que sueña con cantar, no vive tranquilo. ¿Ayudar a un gato que se ha quedado sin dientes? Este personaje fundamental de la infancia, se ve envuelto en una peligrosa aventura por ayudar a su enemigo natural.

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Cartas peligrosas

Damián Drake rescata a su perro Víctor y la hazaña sale en el periódico. Eso hace que Francis, una niña muy diferente a él, le escriba una carta. Tras esta carta vendrán muchas más. Pero ambos niños tardarán en descubrir que la correspondencia establecida entre ellos es realmente peligrosa.

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Charly, el ratón cazagatos

En el País de la Buena Hierba, la vida transcurriría tranquila si no fuera por lo que molestan algunos personajes, como el gato Schultz. Charly, un simpático ratón, listo y audaz, tendrá que enfrentarse a más de un enemigo. Aunque cuenta con la ayuda de don Pico, el pájaro carpintero, su habilidad y astucia serán decisivas en su aventura: ser campeón no es fácil, pero es tan sorprendente la recompensa...

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Chocolata

Cuando Chocolata, un hipopótamo hembra, tomaba su baño diario en la laguna, supo por el mono Teófilo que en la ciudad habían abierto una estupenda casa de baños. Le pareció divertida la idea de ir a probarla y allá se fue de la selva a la ciudad con su minimaleta. Para intentar pasar desapercibida compró un chándal, un camisón rosa, un bikini de talla súper y unos tenis con lucecitas que se encienden y apagan al caminar. Almorzó en un restaurante vegetariano hierba de la sabana en salsa verde. En la casa de baños, con la bañera un poco estrecha, el agua demasiado escasa y el bikini algo justo, pasó la tarde entretenida charlando con los otros bañistas. Esa noche durmió en un hotel de tres estrellas y aunque la cama era blanda y el camisón corto, soñó con la selva y la laguna. Al regreso, les contó a las amigas su viaje a la ciudad. Teófilo vistió el camisón rosa, colgó los tenis en la laguna como si fuesen farolillos intermitentes y los hizo reír con sus monadas.

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